Antonio Brown fue despedido de los los Buccaneers por salir mal con su entrenador a lo que el jugador indicó que lo obligaron a jugar lesionado, y que una resonancia magnética, reveló un problema en uno de sus tobillos.
El entrenador de los Bucs, Bruce Arians indicó que Brown no refirió estar lesionado, cuando se negó a regresar al partido en casa de los Jets de Nueva York, por lo tanto ordenó después a Brown que se marchara.
“Dado mi compromiso con este deporte, cedí directamente a la presión directa ejercida por mi entrenador para que jugara lesionado”, comentó. “Pese al dolor, me uniformé, el personal me inyectó lo que ahora sé que era un analgésico potente y a veces peligroso, contra cuyo uso ha advertido el sindicato de jugadores de la NFL, y yo di todo por el equipo.
“Jugué hasta que estaba claro que no podía usar el tobillo para desempeñar con seguridad mis responsabilidades como jugador. Por encima de eso, el dolor era extremo. Me senté a un costado del terreno y mi entrenador vino hacia mí, muy enojado, y me gritó: ‘¿Qué pasa contigo?’. Yo le dije: ‘Es mi tobillo’. Pero él lo sabía. Estaba bien documentado y lo habíamos discutido.
“Luego me ordenó entrar en el terreno y yo le dije: ‘Entrenador, no puedo’. Él no solicitó atención médica. En vez de ello, me gritó: ‘¡Estás acabado!’, mientras deslizaba un dedo por encima de su garganta. El entrenador me estaba diciendo que si no jugaba lesionado estaba acabado para los Bucs”.
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