El piloto holandés Max Verstappen se enfureció con los mecánicos de Red Bull Racing en el GP de Estados Unidos en el circuito de Austin, por culpa de una parada lenta en pits que lo mandó hasta el sexto lugar durante la Vuelta 36, incluso con Christian Horner pidiéndole que se tranquilizara.
El compañero de “Checo” Pérez, se quejó de los trabajadores de la escudería austriaca a través de la radio del equipo con la frase sarcástica: “Precioso, eh, precioso”, además de decir un par de malas palabras que fueron silenciadas por la transmisión oficial de la Fórmula 1.
Sin embargo Horner trato de tranquilizar al holandés indicándole que había “un largo camino por recorrer” para recuperar el primer puesto que llevaba hasta antes de la demora de 11.1 segundos en pits, pero esas palabras del director de la escudería no hicieron más que alimentar el coraje del piloto, quien le replicó: “No necesito que me digas eso, ya sé que me retrasaron”.
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